Últimamente he tenido algunas dificultades para ponerme al día con el blog. Si me seguís en Instagram, habréis visto que he tenido que mudarme durante unos meses a los Países Bajos. Con todo el ajetreo al final he tenido que posponer algunas entradas que quería escribir. ¡Pero ya estoy de vuelta!
Durante el verano quise aprovechar para visitar algunos lugares de la costa de Galicia que tenía pendientes. Estar lejos de casa (o, en este caso, la previsión de estarlo) hizo que me pusiera un poco nostálgico de antemano, así que que no pude hacer otra cosa que empaparme de Galicia para los meses que iba a estar fuera. Aunque estuve en Camariñas en varias ocasiones, lo cierto es que apenas había tenido oportunidad de ver la zona a fondo. Era una buena oportunidad para conocer una zona que, al no estar tan bien conectada como otras, requiere de un viaje de casi 90 minutos en coche.
Pero lo cierto es que vale totalmente la pena hacer el esfuerzo. Aún me quedan muchos puntos que visitar en la costa gallega, pero la Costa da Morte es sencillamente espectacular, tanto por su orografía como por la energía de sus paisajes costeros. Una zona que, además, está considerablemente menos afectada por los disparates urbanísticos que se pueden ver en otras zonas de Galicia.
Si eres aficionados a los paisajes, como yo, hay una ruta en coche que puede resultarte muy interesante. La Ruta da Costa da Morte tiene su comienzo poco antes de llegar al Faro de Cabo Vilán, y rodea toda la costa hasta llegar a la Praia do Trece y su espectacular Duna do Monte Branco, pasando por el famoso Cementerio de los Ingleses.
Es una ruta que, incluso yendo en coche, querrás disfrutar con tiempo y con calma. Cuando fui, cometí el error de no aprovechar desde primera hora de la mañana, así que no pude pararme en muchos de los puntos que me hubiera gustado. Déjate llevar hasta la Praia do Trece y disfruta de las vistas desde lo alto, pero también date un tiempo para ver desde la playa cómo la arena conquista el monte. Deja pasar el tiempo mientras el mar golpea las rocas de las pequeñas calas una y otra vez. Y, sobre todo, no te pierdas el atardecer desde alguna de las playas desde las que se admira el faro Cabo Vilán. Si tienes un poco de suerte y el tiempo acompaña, llevarás alguna foto que recordarás durante mucho tiempo.
Un pequeño bonus: Durante mi pequeña excursión terminé, totalmente por accidente, en otro pequeño puerto costero, el puerto de Santa Mariña. Aunque yo no tuve la oportunidad de pararme, las pequeñas casas de pescadores y los aparejos de pesca al lado del mar seguro que hacen las delicias de más de uno.
¡Espero que os haya gustado esta pequeña entrada! A partir de ahora intentaré colgar contenido en mi blog más a menudo ¡que para eso está! No dudes en dejarme un comentario si te han gustado este par de fotos, ¡y también si conoces algún punto de la zona que crees que puedo aprovechar!
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