Me encanta pasear por las calles de Santiago, pararme en cada rincón y sacar fotos que podría repetir una y otra vez, siempre con resultados distintos. La Navidad es una oportunidad perfecta salir de nuevo con la cámara y dejarse cautivar por las luces de los adornos reflejadas en la piedra.
Como ya hice el año pasado, aproveché muchos de estos días festivos para salir con la cámara y pasear por las calles de la zona vieja. Son muchos los sitios de Santiago que me parecen cautivadores, muchos los rincones en los que no puedo evitar pararme para ver si, una vez más, puedo sacar lo mejor de esta bella ciudad. Pero no son muchos los días que se pueden aprovechar durante las fiestas navideñas, así que tras mi vuelta de Holanda decidí salir con la cámara todos estos días para ver con qué momentos irrepetibles me encontraba.
Reconozco que es difícil ponerse a sacar fotos con las calles llenas de gente. Como estos días apenas ha llovido, todo el mundo decidió aprovechar para salir de casa. Esta vez mi objetivo era sacar fotos de calles, por lo que las multitudes no ayudaban demasiado. Los momentos más tranquilas que he encontrado para fotografiar con calma fueron a partir de las 22h, cuando la mayoría de gente ya se había retirado a cenar a sus casas. Esos momentos me han venido genial para poner énfasis en los edificios, los reflejos de luz, el toque festivo de los adornos de Navidad y los contrastes entre luces y sombras de la zona vieja. Son muchos los rincones de Santiago que me cautivan para sacar fotos de este estilo, entre ellos: Rúa Nova, Rúa do Vilar, Praza de Cervantes y Praza das Praterías.
Sin embargo, también quise tener alguna foto de la otra realidad de estos días: la gente disfrutando de estas fiestas. Para eso no encontré otro lugar mejor que la Praza do Obradoiro. Desde hace unos años, durante la Navidad instalan un tiovivo para los pequeños, pero que desde fuera también disfrutan los mayores. Las fuertes luces del tiovivo reflejan sobre el suelo de piedra y crean unos contraluces muy interesantes. Para añadir un poco de movimiento a la foto, me gusta capturarlo ligeramente en movimiento. Este año decidí incluir en la composición la Catedral de Santiago, que desde hace unos meses ya se encuentra sin los andamios de la fachada.
Nueva amiga: Olympus E-M10 MII
En el post de hoy hay una novedad interesante. Aunque la mayoría de las fotos las hago con mi querida cámara Nikon, recientemente me hice con una Olympus O-MD E-M10 Mark II. Además de por su pequeño tamaño —que la hace ideal para llevar en la mochila en todo momento—, me gusta mucho que tenga estabilizador incorporado en el cuerpo. No deja de sorprenderme su calidad de imagen —siendo un sensor Micro 4:3 y una lente modesta. Aunque los equipos fotográficos con sensores más reducidos tienen un peor comportamiento —en términos de ruido— en condiciones de poca luz, en el caso de la Olympus esto se compensa por el hecho de poder hacer exposiciones más largas sin utilizar trípode, gracias al sistema de estabilización.
Esta cámara fue la que utilicé en todo momento durante mi estancia en Holanda, así que he podido probarla en todo tipo de condiciones. Para el tipo de fotografía que yo hago —paisaje, urbana, naturaleza, etc.— no he encontrado apenas limitaciones. El visor electrónico de las cámaras mirrorless es algo a lo que es fácil acostumbrarse, aunque me produce sentimientos encontrados —el visor óptico de una réflex tradicional me distrae menos a la hora de componer. Así que, en definitiva, me he llevado una grata sorpresa con esta pequeña todoterreno. Y aunque no se ajuste a las necesidades de todo el mundo, ¡yo espero sacarle mucho partido de ahora en adelante!
Mi primer ‘exposure blending’
Hasta ahora, siempre que tenía que solucionar algún problema de exposición —cielo demasiado iluminado, alguna fuente de luz artificial, etc.— intentaba hacerlo trabajando directamente sobre el RAW. Aprovechando que en esta ocasión llevaba conmigo el trípode, decidí probar a hacer mi primer exposure blending y combinar distintas exposiciones en Photoshop para mejorar el rango dinámico de la foto sin recurrir al HDR. No me gustan demasiado los tonos de las imágenes con HDR, y además creo que es bastante fácil pasarse de la raya y obtener imágenes poco realistas —en colores e iluminación. El exposure blending siempre ha llamando más mi atención por su flexibilidad y por sus —a mi parecer— mejores resultados en fotografías con condiciones de iluminación complicadas.
Espero que os haya gustado esta pequeña serie con fotos de Navidad. Recuerda que puedes ver más fotos mías en Instagram, donde organizo un reto fotográfico para este año. Si quieres ver más fotos de este estilo, puedes pasarte por esta entrada del año pasado, ¡también está el tiovivo del Obradoiro!
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