Los pueblos marineros siempre han sido mi debilidad. Me encanta dar largos paseos a la orilla del mar, respirando el olor a sal mientras escucho el ir y venir del agua. Combarro no es una excepción a esta regla. Este pequeño pueblo de la provincia de Pontevedra, además de todas las características de un pueblo de este estilo, tiene una gran peculiaridad: sus hórreos junto al mar.
La estampa característica de Combarro son los hórreos, y las pequeñas casas marineras, construidas justo en la línea de costa. Hay más de 30 hórreos situados justo al lado del agua, cuya función es la de secar boquerones y sardinas (además de almacenar maíz). Hoy son un tributo a los dos pilares económicos, tierra y mar, que sustentaron la economía de este pequeño pueblo durante los siglos XVIII y XIX.
Sin embargo, hoy Combarro es un lugar lleno de animación y visitado por miles de turistas que quieren ver este pueblo lleno de encanto. No en vano, en 2017 fue finalista en un concurso para elegir el pueblo más bonito de España. Justo al lado de los hórreos situados en primera línea de costa se ha habilitado un paseo donde se puede disfrutar de una copa en una taberna o comprar algún souvenir de la zona, desde donde se han sacado todas estas fotos.
Combarro, su centro histórico
El centro histórico también merece visitarlo con calma. Está en un perfecto estado de conservación y sus calles empedradas son muy evocadoras, te encantará pasear por ellas. Lo que más me ha gustado son las calles estrechas que permiten bajar desde casi cualquier punto del pueblo a la orilla del mar. Por algunas de ellas no cabe nada más que una persona, pero la luz aprovecha hasta el más mínimo hueco para crear unos reflejos y contraluces muy interesantes. ¡No querrás perderte la hora del atardecer!
Y no sólo hacia el mar hay vistas interesantes. Desde el paseo junto a los hórreos hay algunas calles de subida (la mayoría terminan en casas particulares) que son una preciosidad. Aunque me gustó especialmente la de las escaleras y los tejadillos, aunque hay que reconocer que todas tienen un algo especial que te hará pararte casi en cada esquina.
Al final del paseo marítimo, cruzando el centro histórico del pueblo, aparece otra bonita estampa: la hilera de hórreos que hemos recorrido paseando por el pueblo aparece a la vista. Al fondo, el antiguo puerto (donde ahora hay un par de terrazas con unas vistas envidiables). Con marea alta y al atardecer seguro será una de tus fotos favoritas de la ciudad.
El puerto deportivo
Si, como yo, tienes una debilidad con los reflejos y las fotos de mar, seguro que te gustará dar un paseo por el puerto deportivo. No tiene pérdida, pues lo encontrarás justo al lado del aparcamiento. Aunque no tiene mayor interés que el resto del pueblo, es una zona bonita para descansar un rato antes de coger de nuevo el coche con rumbo al siguiente destino. Despido ya esta entrada con un par de fotos de este lugar ¡espero que os haya gustado! Podéis dejarme un comentario diciendo qué zona del pueblo os ha gustado más. Y si lo habéis visitado y notáis en falta algún rincón que os haya gustado ¡hacédmelo saber también! ¡Hasta pronto!
Leave a reply